Un rascacielos con 80 pisos y una altura de 419 metros. Así está previsto que sea el Dynamic Tower Hotel, un complejo que se está construyendo en Dubai bajo las órdenes del arquitecto italiano-israelí David Fisher y cuya inauguración está prevista para 2020.

El hotel se convertirá en el primer edificio giratorio del mundo y serán los propios huéspedes quienes escojan la orientación que desean cada momento para su habitación. Esto es posible gracias a una estructura formada a partir de 40 módulos fabricados por separado que, después, se unirán a un núcelo central capaz de girar 360 grados. Este mecanismo de rotacion permitirá asimismo que el propio cliente controle la velocidad del giro, detenga la rotación, etc.

Edificios para la vida

Para Fisher, esta obra representa la culminación de sus propias creencias en torno a la arquitectura y que se basan “en años de investigación sobre tecnología de la construcción y aquellos aspectos humanos y sociales” que intervienen en ella, tal y como él mismo recoge en su web. Para él, la “arquitectura debe formar parte de la naturaleza” en tanto que debe proyectarse en “edificios que se adapten a la vida, a nuestras necesidades y estados de ánimo”. El arquitecto se refiere a este tipo de edificios están “diseñados por el tiempo, concebidos para la vida”.

La inspiración le llegaría, sin embargo, en un momento muy concreto de su vida, en 2004, cuando desde una de las alas de la Olympic Tower de Nueva York pudo deleitarse con las impresionantes vistas del East River, el río Hudson y uno y otro lado de Manhattan. “Fue entonces cuando me pregunté ‘¿por qué no girar la planta entera para que absolutamente todos pudiéramos observar el East River y el río Hudson, pero también la Catedral de San Patricio?’”, recuerda.

Una relación con las dimensiones tiempo y lugar que arranca mucho antes, durante su infancia en el Mediterráneo. “El enorme sol rojo caía lentamente en el agua, señalando que un día había terminado y otro estaba a punto de comenzar. Este aspecto del movimiento y su relación con la dimensión del tiempo siempre me intrigaban”, prosigue el arquitecto.

Variables medioambientales

Al margen de estos aspectos estructurales, lo que también llama la atención del edificio son los parámetros medioambientales que ha tenido en cuenta a la hora de escoger sus materiales constructivos y fuentes de alimentación y es que, para la ocasión, Fisher ha decidido apostar por materiales como la cerámica, el cristal, la madera y el mármol e instalar paneles fotovoltaicos en la cubierta del edificio.