Hace veinte años nació en Alemania la Asociación para los Materiales de Colocación de Emisión Controlada GEV (siglas de Gemeinschaft Emissionskontrollierte Verlegewerkstoffe, Klebstoffe und Bauprodukte e.V.), que durante las últimas dos décadas ha establecido nuevos criterios de seguridad para el sector de la construcción, a través de un sistema de certificación capaz de garantizar altos estándares de seguridad tanto para el instalador como para el usuario final de los productos.

La asociación, con sede en Düsseldorf, creó el EMICODE, un sistema que permite examinar de forma inequívoca los productos de construcción, certificando aquellos que tienen bajas emisiones de compuestos volátiles (VOC). Hasta la fundación del GEV, no existían criterios vinculantes para la evaluación de las emisiones de los materiales de colocación. Hoy, EMICODE es un marcado consolidado que orienta y ayuda en la elección de los productos:

Instaladores, proyectistas y distribuidores pueden evaluar claramente lo que el mercado ofrece en términos de sistemas y tecnologías de bajas emisiones, mediante un sistema de clasificación seguro e imparcial.

EN DEFENSA DE LA SALUD

Los arquitectos y proyectistas demandan productos certificados para una construcción ecosostenible y respetuosa con el medio ambiente. Mapei fue consciente de esta necesidad desde muy temprano y se adhirió al GEV ya en 2005. No en vano, la protección del medio ambiente, la sostenibilidad, la salud y la seguridad han sido siempre elementos fundamentales para Mapei.

En la actualidad, el Grupo Mapei es la empresa que posee el mayor número de licencias GEV, ofreciendo a sus clientes una amplia cartera de productos EC1PLUS (“con bajísima emisión”). A esto se suma el hecho de que Uwe Gruber, Director General de la filial alemana del Grupo Mapei, formara parte desde 2012 del Consejo del GEV y ostentara desde enero de 2016 su vicepresidencia.

“EMICODE ha tenido una gran influencia”, señaló Gruber “al proporcionar a los instaladores, proyectistas, usuarios y distribuidores un sistema capaz de guiar en la elección de los productos y sistemas con baja emisión. Hoy el EMICODE es una garantía indiscutible de calidad y protección de la salud en los ambientes por lo que respecta a los materiales de colocación y los productos utilizados en la construcción. Cabe señalar, en este sentido, que el compromiso nacional e internacional de los fabricantes es de vital importancia para trabajar en el desarrollo de nuevas tecnologías, en beneficio de los operarios y consumidores “.

GEV cuenta actualmente con 124 fabricantes, la mitad de los cuales están fuera de Europa y al otro lado del Atlántico. Más de 5.000 productos son sometidos a este proceso de certificación, y este número va en aumento.

UN POCO DE HISTORIA

¿Por qué se fundó el GEV? Después de la Segunda Guerra Mundial, el contexto era muy diferente: en los años 50 aún no existía una preocupación sobre los posibles daños causados por los materiales para la colocación de pavimentos. La protección de los trabajadores y usuarios finales estaba subordinada al crecimiento económico. Durante las décadas siguientes se fue reduciendo paulatinamente el porcentaje de solventes hasta el punto de eliminarlos casi por completo de los productos.

Este desarrollo se realizó a instancia de la alemana BG Bau (una compañía de seguros contra accidentes con sede en Berlín que opera en el sector de la construcción y servicios afines, dirigida a empresas y trabajadores), a través del Gisbau, el sistema de información sobre materias peligrosas. Este sistema proporcionaba una orientación inicial para la protección del trabajo y más tarde, ya en los años 90 y gracias a los logros tecnológicos, se produjo una drástica reducción de los compuestos orgánicos volátiles.

El 24 de febrero de 1997, algunos de los más importantes fabricantes de materiales para la colocación de pavimentos se dieron cita para desarrollar el EMICODE y cubrir así las demandas de protección de los laboratorio del sector, pero también de los consumidores y del medio ambiente. El desarrollo experimentado por el EMICODE ha superado a día de hoy todas las expectativas.

Esta etiqueta ofrece criterios de evaluación de las emisiones de los productos verificados por análisis de laboratorio imparciales y no competitivos. También garantiza una supervisión rigurosa, que se hace efectiva gracias a los controles por muestreo a que se someten los productos una vez certificados.

Bajo la presión del mercado, el ámbito de influencia del EMICODE se ha expandido desde el sector original de productos para la colocación de pavimentos hasta incluir a casi todos los productos de construcción para interiores. De este modo, el EMICODE englobó nuevos grupos de productos.

Del éxito de esta iniciativa también son partícipes los fabricantes: es importante que estén dispuestos a someter sus productos a dichos controles. “Un factor de éxito clave para el GEV es estar en consonancia con el mercado”, señala el administrador del GEV, Klaus Winkels. “No se trata de fabricar los mejores productos posibles, sino de apoyar una iniciativa del sector que beneficie a todas las partes implicadas. Las mediciones y pruebas llevadas a cabo a título particular pueden no ser imparciales y conducir a errores de evaluación, mientras que la clasificación por clases de emisión ha permitido, en estos 20 años, que profesionales y consumidores confíen en el marcado EMICODE”.

CELEBRACIONES EN DÜSSELDORF

A finales de abril, en el famoso complejo de rascacielos Dreischeibenhaus, en Düsseldorf, el GEV, junto con más de 100 representantes de algunas de las empresas líderes en la industria de materiales de construcción y de la construcción química, celebraron 20 años de bienestar en las viviendas.

Varios oradores dieron vida a un rico programa de intervenciones. Dirk Mayer- Mallmann, Director de Márketing de la filial alemana Mapei GmbH, expuso, mediante casos prácticos, el proceso de certificación EMICODE de los productos Mapei dentro de los protocolos de la empresa y cómo comunicarlo con éxito.

Durante los descansos, los invitados charlaron en buena compañía, disfrutando de las fantásticas vistas de la ciudad desde los 94 metros de altura de la terraza.

Este artículo ha sido extraído de Realtà Mapei N.º 20, una revista editada por la filial alemana Mapei GmbH, a la que agradecemos su cesión.