El pasado mes de marzo el estudio catalán RCR Arquitectes ganaba el premio Pritzker de Arquitectura, considerado por muchos como el Nobel de la disciplina en cuestión. Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta repetían así la gesta de Rafael Moneo, el único español hasta la fecha en hacerse con el galardón, hace ahora 21 años, algo que les hace sentirse “enormemente agradecidos y honrados”.

La 39ª edición del premio Pritzker de Arquitectura también pasará a los anales de la edificación por haber sido la primera vez que el galardón reconocía la trayectoria de tres personas a la vez, lo que algunos interpretan como un reconocimiento a la labor colectiva de la profesión, algo que también secundan Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta, integrantes de RCR – sus iniciales–.

¿Cómo deben colaborar, en consecuencia, todos los actores que intervienen en el sector de la construcción es esa creación de valor compartido? “Poniéndose todos al servicio de la misma obra, del mismo proyecto, del mismo camino. Avanzando juntos y remando en la misma dirección”, explican los tres. Un sentido muy arraigado del trabajo en equipo que no dudan en destacar de Mapei, compañía con la que han colaborado en algunas obras realizadas recientemente.

Valor de lo genuino
Aranda, Pigem y Vilalta se formaron en la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura del Vallès y, contra todo pronóstico, decidieron fijar su campamento base –el estudio, diseñado también por ellos- en su Olot natal, un pequeño pueblo de Girona. Este carácter local, sin embargo, no ha restado ni un ápice a su espíritu inconformista e innovador. Preguntados acerca de cómo influye ese carácter a priori tan local en la filosofía y los valores del estudio, los tres coinciden en señalar que “la creatividad nace del interior. Y este interior tiene que ver con cómo interiorizas todo lo que está a tu alrededor, algo que no depende solo de la distancia”. Un carácter de lo genuino que abogan por poner de relieve en cada una de sus obras y que, destacan, les ayuda “a luchar contra la globalidad y la universalidad que parecen engullirlo todo”. Una premisa que el propio jurado del Premio Pritzker 2017 no dudó en resaltar a la hora de fallar el premio. En concreto, el jurado señaló que “viviendo en un mundo globalizado donde confiamos en las influencias internacionales, afortunadamente existen cada vez más personas que se resisten a que esa influencia internacional les haga perder sus valores, artes y costumbres”, algo que revaloriza más todavía la labor de Aranda, Pigem i Vilalta. El legado del arquitecto La entrega del premio coincide en el tiempo con otra fecha importante para el estudio, que no es otra que el 30º aniversario de RCR Arquitectes. Una trayectoria que, en palabras de los arquitectos, ha estado “llena de ilusiones y tenacidad, constancia y honestidad”, valores que, a su vez, conforman el ADN del estudio y que confían en mantener en esta nueva era postPritzker que inician. “Tenemos muy claro de dónde venimos y cuál es nuestra esencia; el premio no nos va a cambiar”, señalan al unísono.

Retados a describir en apenas cinco adjetivos el estilo de RCR Arquitectes, Aranda, Pigem y Vilalta exclaman enseguida que en el estudio “no hay un estilo concreto, sino una actitud que se refleja en una autenticidad, esencialidad, pasión, abstracción y la búsqueda de la belleza”. Unos pilares que, junto a la pretendida creación de valor compartido por parte de todos los actores que conforman el sector, “dará lugar a sinergias que permitirán promover la calidad, transparencia y ética en el sector”, algo que, a su vez, “redundará en una mayor conciencia por parte de la sociedad del valor de la arquitectura”. Un valor que, para Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta pivota en una ecuación inequívoca, “que la calidad de los espacios mejora la calidad de vida de las personas”. Mientras se van tendiendo puentes entre arquitectura y sociedad, los que seguirán adelante con su actividad serán los integrantes de RCR Arquitectes, que hace escasas semanas inauguraron la mediateca Waalse Krook en Gante (Bélgica) y actualmente se encuentran trabajando en proyectos como un gran complejo cultural en la Île Seguin, en París; un grupo escolar en Dubái y las bodegas Peralada, aquí en España.

Una trayectoria ampliamente laureada
He aquí algunos de los premios y reconocimientos que atesora RCR. Unos galardones que ha recogido dentro y fuera de nuestras fronteras.

– Premi Nacional de Cultura en Arquitectura de la Generalitat de Catalunya, en 2005

– Honorary Fellows by the American Institute of Architecture (AIA), en 2010

– International Fellows by the Royal Institute of British Architects (RIBA), en 2012

– Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres de la République Française, entre 2008 y 2014

– Médaille d’Or de l’Académie d’Architecture Française, en 2015